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Calurosa despedida a un mito

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Joan Baez es un mito que ayer se convirtió en realidad para las 44.000 personas que se congregaron en la Playa de Zurriola, frente al Escenario Verde, para escuchar a la gran dama del folk. Una leyenda que se añade a otras que han pasado antes por ese escenario, como Bob Dylan, Patti Smith o B.B. King. Era, además, la última oportunidad: según ella misma ha anunciado, al terminar este “Fare Thee Well Tour”, su gira de adiós, no volverá a dar conciertos en grandes recintos. El recuerdo que deja es excelente. A su repertorio imperecedero añadió guiños al público local, como Txoria Txori de Mikel Laboa y el himno No nos moverán. Se despidió con Fare The Well, que en traducción libre es “que os vaya bien”. Y, en más libre todavía, “adiós, Joan, que te vaya bonito”.

Jamie Cullum no es un mito todavía. No tiene edad suficiente para serlo; pero, si continúa con esta trayectoria impecable, dentro de treinta años lo será. En San Sebastián ya es un ídolo. Todos sus conciertos en nuestra ciudad han sido siempre magníficos. Por eso, el de ayer no iba a ser menos, y no lo fue. Congregó a 53.000 personas, se las metió en el bolsillo desde el primer minuto y no las soltó durante dos horas. Acabó de una forma emocionante, improvisando una canción de amor a Donostia que unió con el I’ve Got You under My Skin.

Lo más importante del Jazz Band Ball, la fiesta inaugural del Festival, fue el público. Como de costumbre. Con su incesante desfile entre los cuatro escenarios desplegados en las inmediaciones del Kursaal, el público dio otra lección de saber estar y de saber disfrutar.

Como muestra, su entusiasta reacción ante Love & Revenge: Music and Cinema from the Arab World, un espectáculo que combina imágenes de antiguas películas egipcias con una música de vanguardia inspirada en instrumentos árabes. Es algo único, pero exige una sensibilidad cultural abierta para poder apreciarlo en toda su intensidad.

La variedad de estilos es una característica innata del Jazz Band Ball. El jazz más tradicional corrió a cargo de dos bandas estadounidenses: Dan Barrett Classics Jazz All Stars y Saxophone Con-Clave. El contrapunto moderno lo puso Elkano Browning Cream, un trío multinacional comandado por el vasco Mikel Azpiroz, que practica un groove desenfadado.

Para desenfado, el de la guitarrista y cantante japonesa Rei. Con una imagen fresca y juvenil, es la nueva figura del blues-pop nipón y tiene un enorme potencial tras haber sido fichada por una gran discográfica. Gran desparpajo en escena, un guitarreo potente y una simpatía innata le auguran un gran futuro.

También dejó su huella en esta fiesta inaugural el cantante anglo-nigeriano Ola Onabulé, un auténtico caballero del soul, con sus canciones ejecutadas con virtuosismo vocal y elevada intensidad emocional.