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El día de los maestros

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cecileMcLorin eta maryStallings Trinitatea

Maestro Hussain. Maestro Holland. Maestro Potter. Así se llamaban unos a otros Dave Holland, Zakir Hussain y Chris Potter. Con respeto, admiración y compenetración. Es que lo son. Son maestros en la ejecución de sus instrumentos, y en la visión profunda del jazz, y en la composición. Y en maravillar al público.

A Cécile McLorin Salvant todavía no se la puede llamar maestra. Aún no. Demasiado joven. Pero si sigue así, si continúa desplegando ese registro vocal con ese timbre tan subyugante, si hace cosas tan emocionantes como esa impagable versión de Alfonsina y el mar que regaló, será venerada por generaciones futuras.

La propia Cécile McLorin Salvant reconoció su deuda con las grandes cantantes que la han precedido haciendo subir al escenario de la Plaza de la Trinidad a Mary Stallings para cantar juntas un blues. Stallings había protagonizado por la mañana un fantástico concierto en el Teatro Victoria Eugenia, con esa elegancia escénica que tienen las cantantes clásicas de jazz. El Heineken Jazzaldia, que aprecia la categoría de esta vocalista, menos conocida de lo que merece, le otorga este año el Premio Donostiako Jazzaldia, que reconoce la trascendencia de toda una carrera musical.

El pianista Brad Mehldau hace ya mucho tiempo que obtuvo el Master de Excelencia Artística. Su capacidad para seguir evolucionando y para alcanzar nuevos grados de sensibilidad y de lirismo asombran incluso a sus seguidores incondicionales, que son muchos, porque el Kursaal estaba abarrotado.

Otro maestro es Mikel Erentxun, si por tal se entiende alguien que enseña un camino y que, pasados los años, el alumno se acuerda de él con afecto y admiración. Eso es lo que está pasando con Erentxun, que cada vez más músicos están reconociendo la influencia de su pop-rock sin florituras. Muchas de sus canciones de hace veinte o treinta años mantienen una absoluta vigencia. Su concierto en el Escenario Verde fue un gozo para su público incondicional y, por qué no decirlo, para Erentxun y su sólida banda, que se lo pasaron de miedo.

Hubo más maestros, como Rabih Abou-Khalil, virtuoso del laúd árabe, y Dennis Alcapone y Dawn Penn, heraldos del reaggae que popularizó, hace ya 50 años, la casa discográfica londinense Trojan.

Con tanto maestro y un público tan aplicado, fue una gran tercera jornada del 53 Heineken Jazzaldia.