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Duelo de saxos en la Trinidad

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Kamasi Washington c Lolo Vasco_Heineken Jazzaldia_2017_52 900x

La palabra duelo puede ser un tanto inexacta, porque implica que hay un ganador, y aquí, en la Plaza de la Trinidad, no lo hubo. O, para ser exactos, ganaron los dos: Donny McCaslin y Kamasi Washington. Cada uno en su estilo, de escuelas diferentes, los dos son el presente-futuro del jazz. Los dos ponen intensidad y convicción. Los dos soplan con ganas, aunque Kamasi, quizá por su corpulencia, suena más profundo. El público aplaudió con igual entusiasmo a los dos. No quisieron elegir entre mamá y papá. Sabia decisión. Tampoco quiso el director de cine y productor de jazz Fernando Trueba (Premio Donostiako Jazzaldia 2004), que siguió el concierto desde la grada.

Kamasi es discípulo del profeta de la música negra contemporánea, Kendrick Lamar. Robert Glasper también es apóstol de Lamar y ayer difundió su buena nueva en el Kursaal. Al frente de su Experiment, Glasper no deja resquicio alguno al silencio, su música apabulla hasta la extenuación, es tan potente que sojuzga irremediablemente al oyente.

Justo lo contrario que Atmosphères, que cautiva al auditorio por su manejo del silencio y del sonido sutil. El pianista armenio Tigran Hamasyan se entiende con los tres mosqueteros del jazz nórdico (Henriksen, Aarset, Bang) para crear un paisaje sonoro relajante y hermoso.

El Escenario Verde está siendo este año una juerga. Resulta que se han juntado músicos que son buenos, pero a los que además les va la marcha, como se suele decir. Lucky Chops: cinco chavales que deciden que no hace falta trío de ritmo, que se lo hacen ellos todo con instrumentos de viento y que han convertido a Soul Rebels y Dirty Dozen en reliquias del pasado. Fantastic Negrito: un tremendo cantante de blues de carrera tardía, pero fulgurante. El público, encantado. Como para no estarlo.

Atención a Elena Setién. La pianista y cantante donostiarra maravilló en el Museo San Telmo, bien secundada por el teclista Mikel Azpiroz. Setién ya dice cosas, artísticamente hablando, pero parece que todavía tiene mucho que contar.